Ingredientes:
- 1 conejo, cortado en trozos
- 6 dientes de ajo, picados finamente
- 1 ramita de perejil fresco, picado
- 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra
- 1/2 taza de vino blanco
- Sal y pimienta al gusto
- Harina (opcional, para enharinar el conejo)
- Limón (opcional, para servir)
Instrucciones:
- Si deseas, puedes enharinar ligeramente los trozos de conejo con harina. Esto ayudará a que se doren y le dará una textura más crujiente. Sacude el exceso de harina.
- Calienta el aceite de oliva en una cazuela grande a fuego medio-alto. Añade los trozos de conejo y dóralos por todos los lados hasta que estén bien dorados. Retira el conejo de la cazuela y reserva.
- En la misma cazuela, agrega los ajos picados y el perejil. Sofríe durante unos minutos hasta que los ajos estén dorados y fragantes.
- Vuelve a colocar el conejo en la cazuela con los ajos y el perejil. Vierte el vino blanco sobre el conejo y sazona con sal y pimienta al gusto. Remueve suavemente para asegurarte de que los trozos de conejo estén bien impregnados con la salsa de ajillo.
- Reduce el fuego a medio-bajo, tapa la cazuela y deja que el conejo se cocine durante aproximadamente 45 minutos a 1 hora, o hasta que esté tierno y se deshaga fácilmente con un tenedor. Durante la cocción, puedes agregar un poco de agua si la salsa se reduce demasiado.
- Una vez que el conejo esté cocido, retira la cazuela del fuego y deja reposar durante unos minutos antes de servir.
- Sirve el conejo al ajillo caliente, acompañado de la salsa de ajos y perejil por encima. Puedes servirlo con patatas asadas, arroz blanco o una ensalada fresca. Si lo deseas, exprime un poco de jugo de limón sobre el conejo antes de comerlo para realzar los sabores.